
Postoperatorio
Conozca las claves para una rápida y adecuada recuperación
Actualizado | 26/Diciembre/2017
Tras una intervención con anestesia general o sedación se despertará un poco mareada y desorientada. Esto es normal debido a los diferentes fármacos que se usan en dichos procedimientos. También tras un procedimiento con anestesia local puede sentirse mareada, especialmente si se incorpora de manera brusca. Este fenómeno es normal y puede desencadenar un síncope vasovagal con pérdida total o parcial del conocimiento. Por ello, siga las indicaciones de su cirujano y del resto del personal sanitario tras cualquier intervención ambulatoria.
Complicaciones que pueden aparecer en el postoperatorio:
Antes de comenzar con los diferentes cuidados que hay que llevar en el postoperatorio de una cirugía de la mama, conviene recordar las diferentes complicaciones que pueden aparecer en cualquier cirugía. Son las siguientes:
Infección: Cualquier acto que incida o afecte a la continuidad de la piel, como es una incisión con bisturí, tiene probabilidad de infectarse por mucho que se extreme la asepsia. Lavar la piel con antisépticos adecuados como povidona yodada (Betadine®) y clorhexidina, disminuye la probabilidad de tener una infección, pero no la evita. Este riesgo aumenta si en la intervención se coloca algún material extraño al cuerpo como una prótesis o una matriz biológica. Un prolongado tiempo de cirugía también aumenta el riesgo de infección. Tras cirugías con mayor riesgo de infección se pautará tratamiento antibiótico.

Hematoma: Este término no se refiere a la aparición moratones en la piel, sino que significa el acúmulo de sangre por un vaso activo. Aunque en la intervención se controlen los puntos hemorrágicos, tras despertar de una anestesia general o con el aumento de la actividad, se incrementa la tensión arterial pudiendo desencadenar algún sangrado. En los grados más severos puede requerir una segunda intervención para localizar el punto sangrante y drenar la sangre acumulada. Un hematoma importante que no se drene se puede infectar y provocar un absceso y otra infección de mayor importancia.

Seroma: Significa el acúmulo de líquido, y suele ocurrir tras cirugías que conlleven grandes despegamientos de los tejidos como puede ser la abdominoplastia tras extraer un colgajo DIEP o en la reconstrucción mediante un Dorsal Ancho. Algunas estrategias para evitarlos o reducirlos, incluyen el uso de suturas de tensión progresiva en el cierre del defecto y la posterior compresión postoperatoria mediante el uso de vendajes o fajas.
Alteraciones de la cicatrización: Tras una incisión con bisturí hay que cerrar el defecto mediante la técnica de sutura más adecuada a cada caso. Hay diversos factores que pueden hacer que una herida no cierre de la manera correcta. Estos factores los repasamos en la sección Cicatrización.
Otras complicaciones específicas de cada intervención pueden ser el fallo de la anastomosis microquirúgica o necrosis parcial o total en el caso de los colgajos libres. También es frecuente que en cirugías de la mama existan problemas con la simetría que requieran retoques secundarios.

Una incapacitante complicación tras cirugías de la mama es el linfedema, especialmente desarrollado cuando la intervención implica manipular la axila para extirpar parcial o totalmente la cadena ganglionar axilar. Esta afectación es ampliamente explicada en el apartado Linfedema de la sección Patología de la Mama.
Cuidados del postoperatorio:
Tras una cirugía de la mama con anestesia general es recomendable permanecer ingresada en el hospital al menos 24 horas, estando con el cabecero levemente inclinado para impedir en paciente dormida se tumbe de lado. Además, esta posición mejora el drenaje de los tejidos mamarios y reduce la inflamación.

La paciente no debe realizar movimientos bruscos con los brazos, aunque no sienta dolor. Con cierta frecuencia, observamos que la paciente comienza a realizar vida normal el día después de la cirugía, sólo porque no tiene molestias por la medicación que su cirujano le pautó. Esto puede desencadenar complicaciones como rotación de la prótesis en caso de mamoplastias de aumento, o hemorragias en cualquier tipo de intervención, aumento el riesgo de cirugías secundarias. En caso de una reconstrucción con colgajos libres o pediculados, se debe evitar comprimir toda la zona intervenida para no colapsar el pedículo que vasculariza el colgajo.
Una vez abandonado el hospital, debe cumplir exhaustivamente las pautas de medicación que le mande su cirujano, esencialmente analgésicos, antiinflamatorios y en ocasiones relajantes musculares y heparina. No debe mojar las incisiones, preservándolas limpias y pinceladas con algún antiséptico de manera frecuente. No fume al menos, hasta que no se hayan retirado las suturas, siendo ideal el cese completo del hábito tabáquico.
En caso de necesitar alguna prenda de presoterapia como sujetador ortopédico o fajas, debe usarlos las 24 horas del día durante el primer mes para prevenir el desarrollo de seromas y para fijar las cápsulas en caso de cirugías que incluyan prótesis. Sólo deberá quitarse estas prendas para la higiene diaria.

Durante las primeras 2 ó 3 semanas debe llevar una vida tranquila, sin realizar esfuerzos físicos y minimizando el movimiento de los brazos. A grandes rasgos, podrá hacer vida normal al mes de la intervención, aunque depende en gran medida del tipo de cirugía y de cada paciente.
Su cirujano debe verla un mínimo de 3 veces en el postoperatorio inmediato: una a la semana, a los 15 días y después al mes. Las revisiones durante el primer año suelen ser a los 3, 6 y 12 meses. En caso de aparecer cualquier eventualidad o complicación fuera de las fechas de revisión, no dude de ponerse en contacto inmediato con su cirujano.