Con el paso de los años, las alteraciones tras los cambios hormonales, embarazos o el propio efecto de los cambios de peso y la gravedad hace que el pecho vaya distorsionando su forma, y adquiriendo un aspecto “caído”. El pecho caído se conoce como ptosis mamaria y la cirugía para volver a colocarlo en su sitio es la mastopexia o elevación mamaria.

La mastopexia consiste en la cirugía indicada para elevar el pecho y colocarlo en su localización habitual, antes de que sufriese el paso de los años, embarazos y oscilaciones en el peso y el efecto de la gravedad, recuperando la firmeza y aspecto propios de la juventud.
¿Qué factores influyen en el tipo de intervención a indicar?
Es importante determinar el volumen de la mama tras la intervención. Si el volumen es el adecuado, sólo se trabajará con la piel y glándula existentes, remodelándola para conseguir un aspecto firme y juvenil. Si el volumen es escaso y la mama tiene aspecto vacío, podrá aumentarse mediante prótesis mamarias como vimos en el apartado Mamoplastia de Aumento, cirugía conocida como mastopexia con prótesis. Si por el contrario el volumen es excesivo, estará indicado realizar una Mamoplastia de Reducción, internvención que logra la reducción del volumen, le elevación de la mama y la corrección de la macrotelia si existiese (tamaño excesivo de la areola).
¿Cuántos tipo de intervenciones existen para elevar la mama?
Podemos diferenciar las siguientes técnicas quirúrigicas de mastopexia, en función del grado de severidad de la ptosis:
1. Cicatriz periareolar: Permite reducir el tamaño de la areola y elevar la mama, siempre y cuando se trate de ptosis grado I donde el CAP no haya que elevarlo más de 2 cm. La cicatriz quedará tan solo alrededor de la areola, bien camuflada en la transición entre la mama y el CAP.

2. Vertical: También permite reducir el tamaño areolar y permite mayor extirpación cutánea que la anterior. Está indicada ptosis grado I o II. No suele afectarse la lactancia.

3. Patrón en Y: Mismas indicaciones que la anterior pero siempre que el complejo areola-pezón esté en un sitio adecuado que no implique elevarlo, es decir que el exceso de tejido mamario se sitúe en polo inferior como ocurre en las pseudoptosis. Además, esta técnica no permite corregir la macrotelia. En caso de existir exceso de tejido graso en el polo superior, se puede liposuccionar. No suele afectarse la lactancia.

4. T invertida: Es otra técnica que también permite reducir la areola, y está indicada para mamas muy ptósicas que asocian cierto grado de gigantomastia y, que por lo tanto, requieran extirpanción de tejido mamario tanto en el eje vertical como en el horizontal. Indicada para reducciones mamarias moderadas o severas con ptosis mamaria grado II o III. Permite un diseño más predecible del surco submamario que las técnicas anteriores. Puede alterar la lactancia.

5. Injerto libre de complejo areola-pezón (CAP): Permite corregir los grados más severo de ptosis con gigantomastia asociada, donde el CAP se encuentra a más de 40 cm de la horquilla esternal. Esta excesiva distancia hace que el diseño de cualquier pedículo sea complicado y que por tanto haya gran probabilidad de necrosis del CAP en el postoperatorio. El diseño será similar al patrón en T invertida, pero sin diseñar pedículo. La areola será adecuadamente desgrasada para e injertada en una zona desepidermizada.
¿Qué complicaciones pueden aparecer tras una matopexia?
Al igual que en la reducción mamaria, las complicaciones más comunes a largo plazo son: alteraciones de la cicatrización, problemas con la forma del pecho y asimetrías. En caso de mamas muy grandes puede existir compromiso del CAP y disminución de la sensibilidad. Además, la lactancia en algunos casos estará alterada.
En caso de realizar injerto libre de CAP, este suele quedar sin proyección, despigmentado y con nada o poca proyección. Debido que en esta técnica se seccionan completamente el seno galactóforo, la lactancia no será posible.
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