Dra. Gómez Martínez de Lecea |
¿Qué es la contractura capsular?
La contractura capsular es el engrosamiento exagerado de la cápsula que, en una situación normal, rodea una prótesis mamaria. Esta reacción inflamatoria exagerada provoca un endurecimiento, cambio morfológico, incluso dolor de la mama intervenida.
Además, se sabe que es la complicación más frecuente en pacientes portadoras de prótesis mamaria, ya sea en reconstrucciones tras una mastectomía como en intervenciones con fines estéticos. Así mismo, supone una de las primeras causas de reintervención tras este tipo de cirugía.
En la actualidad la incidencia de la contractura capsular se estima entorno al 10-15% sin otros factores de riesgo.

¿Cómo se produce ?
En condiciones normales, la colocación en nuestro organismo de un cuerpo extraño, como es la prótesis, hace que nuestro sistema inmune intente aislarlo formando una cápsula a su alrededor. Esta cápsula es una envoltura blanca, brillante y fina que no afecta a localización ni forma del implante mamario. Sin embargo, diferentes factores intrínsecos y extrínsecos pueden sobreestimular esta reacción inmune, dando lugar a una cápsula gruesa, con aumento de la tensión de superficie, capaz de deformar la prótesis mamaria y provocar dolor.
¿Qué factores de riesgo están asociados ?
Existen factores asociados al paciente, a la técnica quirúrgica y al tipo de implante mamario que pueden incluso duplicar el riesgo de la contractura capsular.
Factores del paciente:
Fumadoras.
Pacientes con antecedente de quimioterapia y sobre todo de radioterapia.
Infecciones tardías, agudas o subclínicas, distales.
Factores quirúrgicos:
Abordaje periareolar.
Colocación de la prótesis en plano subglandular.
Complicaciones inmediatas de la intervención como: necrosis de la piel, aparición de hematomas o seromas.
Factores asociados al implante mamario:
Prótesis lisas.
Prótesis de suero.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es principalmente clínico, con alteración en la morfología y consistencia de la mama, así como aparición de dolor.
La Clasificación de Baker es el método práctico más aceptado universalmente para determinar el grado de contractura capsular.

Además, existen otros métodos diagnósticos más objetivos como la resonancia magnética o la elastografía con ultrasonidos. Estas pruebas se utilizan en pacientes que puedan presentar colecciones alrededor de la prótesis o cuando existen dudas sobre el mejor tratamiento a llevar a cabo.
¿Cómo se trata?
En términos generales las contracturas Grado I y II se tratan de forma conservadora, mientras que las contracturas Grado III y IV requieren una nueva intervención.
Tratamiento conservador:
Tratamiento antibiótico.
Antiinflamatorios esteroideos o no esteroideos.
Antileucotrienos.
Los masajes locales, los ultrasonidos a 1-2Mhz o la toxina botulínica tienen poca evidencia estadística.
Todos con un seguimiento más cercano en consulta.
Tratamiento quirúrgico:

Extirpación de la cápsula en su totalidad y colocación de nuevo de la prótesis. Es el
Gold Standard al liberar el bolsillo de posibles bacterias y de fibrosis. Sin embargo es una técnica cruenta y agresiva. Se suele emplear en pacientes con cápsulas muy gruesas y con mucha clínica asociada.
Capsulotomía o ruptura de la cápsula para liberar tensión de la misma. Es una técnica menos invasiva, más sencilla y más rápida, empleada en cápsulas menos contracturadas.
Colocación y cobertura de la prótesis con una matriz dérmica acelular. Se cree que reduce la contractura capsular de forma terapéutica y preventiva al disminuir la reacción inflamatoria y formar una barrera mecánica entre el organismo y el implante. Sin embargo, favorece la aparición de seromas con la necesidad de llevar los drenajes durante más tiempo después de la intervención.
Cambio de prótesis y/o cambio del plano de colocación de la prótesis. Ambas dos técnicas no se han demostrado ser más eficaces que las anteriores.
Irrigación tópica con antibióticos o con antisépticos. Aunque teóricamente reduce el riesgo de contaminación bacteriana del bolsillo protésico, también se sabe su efecto citotóxico con riesgo de potenciar la inflamación local.
Lipofilling. Es una técnica empleada en los últimos años mediante la cual se infiltra tejido graso ( eneralmente abdominal) de la paciente alrededor de la prótesis. Parece tener un efecto antiinflamatorio y reparador gracias a la función de las células madre del tejido adiposo. Todavía se requieren más estudios para su generalización.
¿Se puede prevenir la contractura capsular?
La prevención de la contractura capsular se persigue principalmente evitando la contaminación del implante tanto en la intervención como en el postoperatorio tardío, así como evitando factores locales que aumenten la inflamación a nivel mamario. Sin embargo, en ocasiones existen factores no controlables por el paciente ni por el especialista.
En términos generales, la incidencia de la contactura capsular se consigue disminuir mediante una técnica quirúrgica minuciosa y aséptica, la utilización de profilaxis antibiótica, el seguimiento estandarizado en consulta y el inicio precoz de antibiótico oral ante infecciones tardías.
Existen estudios en los cuales ciertos fármacos como las estatinas, la vitamina E o la pentoxifilina pueden prevenir la contractura capsular al reducir la inflamación alrededor de la prótesis. Sin embargo, se necesita más evidencia científica para poder generalizar estos resultados.
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