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Evolución histórica

Las prótesis actuales son posibles tras muchos años de investigacion

Actualizado | 29/Abril/2017

Las prótesis de silicona se diseñaron para aumentar el tamaño y aspecto del pecho en función de los deseos de la paciente. Antes de su aparición, Czerny, cirujano de la República Checa, realizó el primer aumento de mama en 1895 con un lipoma, y a inicios del siglo XX, se comenzaron a utilizar infiltraciones de diversos materiales como silicona líquida con nefastos resultados y múltiples complicaciones. 

En la década de los 60, los cirujanos Cronin y Gerow presentaron a la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica en Washington el primer implante de silicona utilizado con éxito. Éste constituiría la primera generación de implantes, formados por una capa de silicona que recubría un núcleo de silicona líquida, sellado con un parche de Dacron. En 1970 se desarrollaría la segunda generación de geles de silicona, parecida al anterior, pero sin el parche que sellaba el núcleo, y siendo la cubierta aún más fina. Dado los grandes problemas de rotura con migración de la silicona, y las exageradas contracturas capsulares registradas, en esta década también se presentaron los implantes de suero salino como alternativa, usados prácticamente sin evolución hasta la actualidad.

Fue en la década de los 80 cuando fueron presentados los implantes de silicona de tercera generación, con una cobertura más gruesa y un núcleo más denso. Tras más de 20 años, se reportaron casos de mujeres portadoras de implantes que desarrollaban enfermedades autoinmunes y sistémica con supuesta relación con el exudado de silicona, pero ningún estudio pudo demostrarlo. En 1992, la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) estableció diferentes normas y requisitos para poner en el mercado implantes de silicona, bajo una estricta regulación. Así fue presentada la cuarta generación de implantes, de mayor seguridad y calidad que los anteriores, siendo junto con los de quinta generación, los más usados en la actualidad. Las prótesis de silicona actuales están fabricadas con geles altamente cohesivos que, en caso de rotura, impiden que el material se expanda por el cuerpo como pasaba con los anteriores. Además, presenta una forma mucho más estable y confiere un tacto y aspecto más naturales.

Polémica de las prótesis PIP:

Tras una inspección de la FDA en mayo del año 2000, se advirtió que el material con el que se fabricaban estas prótesis estaba adulterado entre otros fallos del proceso de fabricación. Además, esta empresa localizada al sur de Francia, no había presentado los informes de cientos de quejas de pacientes y cirujanos que trabajaban con dicha marca. Por estos motivos, se prohibió continuar su comercialización a nivel mundial, aunque sólo salió a la luz a finales de 2011, cuando la Confederación Internacional de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética aconsejaron el recambio de prótesis a las pacientes que las portaran por unos que cumpliesen la estricta regulación presentada por la FDA en la década de los 90.

Recomendaciones de la FDA para pacientes portadoras de implantes de mama:

  1. Acuda a las consultas de seguimiento con su cirujano.

  2. Informe a su cirujano de cualquier cambio en la mama, incluyendo asimetrías, inflamación y dolor.

  3. Sea conscientes que los implantes pueden no durar toda la vida.

  4. Continúe con las campañas de cribado del cáncer de mama mediante mamografías frecuentes.

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