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Cambios en el embarazo

La mama sufre cambios al igual que el resto del cuerpo

Actualizado | 25/Abril/2017

Durante el embarazo y tras el parto, el cuerpo y los pechos de la mujer sufren grandes cambios a causa de las alteraciones hormonales que en este periodo aparecen. Los cambios hormonales durante el embarazo provocan un aumento del flujo sanguíneo y cambio en la glándula mamaria, siendo los principales:

Alteraciones de la sensibilidad: durante este periodo notará sus pechos inflamados, especialmente dolorosos a la presión, muy sensibles al tacto y con sensación de hormigueo. Estos síntomas son descritos como los previos a la menstruación de manera exagerada. Los cambios más precoces suelen suceder alrededor de la 4ª ó 6ª semana de embarazo.

Crecimiento del pecho: este aumento es normal, pudiendo superar en una o dos copas el tamaño inicial, especialmente en el primer embarazo. Este crecimiento puede causar la aparición de estrías. Del mismo modo, pueden aparecer bultos, provocados por quistes, galactoceles (quistes llenos de leche) y fibroadenomas, todos ellos de características benignas. Siempre que detecte un bulto, es necesario que lo valore su ginecólogo.

Anatomia de la mama

Cambios en los complejos areola-pezón: los pezones aumentan de tamaño, tanto en el grosor como en la proyección. Las areolas también sufrirán cambios, aumentando de diámetro y exacerbándose los pequeños bultos que tienen, que no es otra cosa que las glándulas de Montgomery. Estas glándulas se encargan de producir secreciones sebáceas que mantienen el complejo areola-pezón lubricado y protegido. También se cree que las sustancias que segregan pueden servir de estímulo olfativo para los recién nacidos durante la lactancia, ayudándoles a encontrar la fuente de alimentación.

Aparición de venas superficiales: debido al aumento del flujo sanguíneo que llega a las mamas, el retorno venoso también se ve incrementado, pudiendo ver un crecimiento exagerado de las venas a través de la piel.

Secreción: Alrededor del tercer mes de embarazo, el pecho comienza a producir el calostro (o “primera leche”), una variante de la leche con grandes propiedades nutritivas y anticuerpos para alimentar y proteger al recién nacido en los primeros días. Esta secreción puede aparecer por el pezón, con un aspecto amarillento. En ocasiones puede aparecer secreción de sangre, en principio normal por la fragilidad de los capilares de rápido crecimiento durante el embarazo. No obstante es necesario que lo valore su ginecólogo.

Aspecto tras el embarazo:

Tras el embarazo, independientemente que haya dado lactancia o no al recién nacido, su pecho no tendrá el mismo aspecto que antes. Lo más frecuente es ver cambios de tamaño y volumen encontrando el máximo exponente en un pecho que se vuelve vacío y ptósico (caído). Muchas mujeres aceptan estos cambios como parte de una importante época como es dar vida a un hijo. Otras mujeres prefieren recuperar la imagen de su pecho previamente al embarazo o incluso mejorar lo que antes tenía. En este último caso, múltiples cirugías se pueden realizar como un aumento de mamas, mastopexia (elevar la mama caída), reducción de mama o reducción los complejos areola-pezón, explicados en los apartados correspondientes de Cirugía Estética.

"Los cambios tras el embarazo se pueden corregir quirúrgicamente"

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